11.4.10

Diario del Bafici - Día #3



STRANGE POWERS: STEPHIN MERRITT AND THE MAGNETIC FIELDS
Dir. Kerthy Fix y Gail O’Hara (EE.UU., 2010, 89')



Tercer día de festival y todavía no había aparecido una de esas pelis imperdibles, la que le querés recomendar a todos los que te preguntan "che, ¿qué hay bueno para ver en el bafici?". Fui a la Alianza Francesa a ver otro documental -el tiempo de las ficciones llegará recién en un par de días-, con las expectativas en alto. Y vaya si se cumplieron...

El eje del film, aunque parezca una paradoja, no son los Magnetic Fields. La banda está omnipresente, sí, y sus integrantes tienen el tiempo suficiente como para darse a conocer en sus individualidades. Pero es su líder, Stephin Merritt, quien lleva el peso de la peli, y no porque se sienta cómodo en ese rol, precisamente. Este personaje hosco, por momentos al límite de lo soportable, pero con un imán para atraer las miradas y volverse entrañable desde el primer minuto, es sobre quien reposa todo el proyecto documental. El líder de Magnetic Fields -un tipo famoso por lo difícil que es al momento de dar entrevistas- nos ofrece casi a regañadientes un paseo por dos décadas de (su) historia, en un registro de ironía y sarcasmo que posiblemente ofrezca los momentos más hilarantes de todo el festival.

Les confieso que sólo conocía un puñado de canciones de la banda, de ese disco que los consagró en algunos ámbitos musicales como es "69 love songs". No tenía idea de la personalidad de Stephin Merritt, ni siquiera de los shows en vivo de la banda, en la que los temas se van intercalando con momentos de ácidas charlas entre Stephin y Claudia, su alter ego, manager-madre-esposa-hermana-etc del líder, y a la vez integrante fundamental del cuarteto. Sin embargo eso no fue un impedimento: uno de los méritos más grandes del documental de Kerthy Fix y Gail O’Hara (que registraron imágenes de la banda durante diez años) es volverlo un objeto encantador tanto para los fans de la banda como para los que no escucharon un solo acorde.

Hay mil cosas para destacar: las frases de Merritt (todas para anotar en un cuaderno y volver a leer una y otra vez), los momentos musicales del film, las partes en las que se ve a la banda trabajando (ese momento mágico de transformación en el que las ideas se vuelven notas musicales, palpable en otras grandes pelis como "Grande para la ciudad"), y la lista continúa. Sin embargo me quedo con una de ellas para colocar bien arriba en ese listado: la relación que construyeron Claudia y Stephin, tanto la musical como la humana, aunque tendría que pensar seriamente si esa distinción, a esta altura, forma parte de sus vidas.

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