26.7.08

Las palabras y las cosas: Habla Nicolas Klotz




El cine de ficción siempre ha sido un cine documental. Eso escriben los realizadores Nicolás Klotz y Elisabeth Perceval en el texto que presenta la trilogía sobre los magníficos films Paria, La blessure y La question humaine (que se dan en un foco del décimo Bafici, junto a sus dos cortos y un documental sobre ellos que dirigió su hija). Los tres films hablan de las migraciones entre fronteras, de la reducción de personas a meros números que proponen un filtro cuasi genético entre países, pueblos, colores de piel o dentro de una misma sociedad.


Mientras que La question humaine –que todavía está en los cines en Francia y ya suma 160 mil espectadores– habla de la relación de las técnicas de selección de personal con los métodos del nazismo para instaurar un nuevo orden, La blessure se mete con la inmigración de Africa hacia Europa, y la prepotencia del sistema francés para deshacerse (al menos en apariencia) de todo aquello que le “sobra”. Por otro lado, Paria retrata la vida de aquellos olvidados del Primer Mundo, que deambulan por las calles de París en busca del tiempo escondido. “El sistema capitalista no es contradictorio”, dicen el director Nicolás Klotz y su compañera y eterna guionista e investigadora Elisabeth Perceval a Página/12.


–Sus películas, ¿son una manera diferente de contar la misma historia, la historia de la “selección”?

Elizabeth Perceval: –Está en la imaginación y en la mirada del espectador, en lo que le dice del mundo decidir de qué hablamos. No es un film el que debe aportar una historia y punto: nuestro cine trata de que cada espectador construya el film.


–¿Este tema es para ustedes un aspecto de la vida cotidiana o se acercan de manera antropológica?

Nicolás Klotz: –La realidad, cómo decirlo... La televisión es incapaz de hablar de lo que pasa en La blessure. Hemos pasado mucho tiempo haciendo ese film. Hemos compartido la vida de estas personas, que viven en París. Hemos pasado mucho tiempo en los squats, la televisión no cuenta nada de eso. Todo lo que vemos en el film, las historias de los sin-papeles en Francia, es la historia de gente a quien se le niega el derecho de estar ahí. Pasamos mucho tiempo con ellos y en París nadie los ve.


E. P.: –El flujo migratorio sucede en todos los países, y en Francia, que en estos momentos tiene un gobierno duro, hay gente que se tira al Sena cuando tiene que pasar el control a la salida del Metro, o se tira por la ventana cuando viene la policía a pedir tickets en el tren. Los niños también confrontan con eso. En La blessure nos interesa mostrar qué hace el sistema con eso. No quiénes son los buenos o los malos: lo interesante es mostrar por qué el sistema que aplica directivas en ese aspecto no es inocente. Es el sistema capitalista, un sistema donde tiene que haber una cantidad de personas en una situación de dominación para poder explotarlos.


–O sea que no es una contradicción...

E. P.: –Por supuesto que no. El “tirarlos” es parte del espectáculo, porque no se los tira para nada. Es una máscara para rasurar el electorado, pero eso no tiene ninguna realidad. Los jóvenes continúan llegando a través de los barcos, porque ellos no tienen nada que perder. Es esta vieja democracia que piensa que el mundo es todavía así, está separado en países. Eso se terminó. La inmigración es más fuerte que eso. Sarkozy es un payaso: la inmigración es más fuerte.


–¿Cómo trabaja durante los rodajes?

N. K.: –Hemos rodado, en 34 días cada una, La blessure y La question humaine, con el mismo tipo de financiamiento. Elisabeth escribió La blessure de una forma particular. Los jóvenes que aparecen en el film no son los que tuvieron que atravesar estas situaciones, pero son personas que han vivido las mismas cosas y que trabajamos para que dijeran sus monólogos.


–Parece un recurso similar al proceso de un documental...

N. K.: –No, porque está muy trabajado. En la primera fase sí, pero pensamos en un film de ficción. Hay una parte en un estudio, y hay otra que es el verdadero squat, reconstruimos el lugar tal como es. Porque en París han destruido los squats para hacer otros inmuebles. Ellos hicieron dibujos sobre las situaciones que vivieron y que nosotros no podemos ver. Nuestra intención era penetrar un territorio inaccesible, mientras que La question humaine sucede en el mundo rico.


–¿La question humaine trabaja sobre del sistema de selección de personal?

N. K:
–El mundo hoy está todo comunicado. Pero las épocas también están comunicadas. La cultura humana trabaja con eso: una época de hoy, que continúa después de otra época y son los fantasmas que reaparecen. Hay una resonancia. La blessure habla de la colonización que es una manera precaria de posesión del otro.


E. P.: –La selección de personal no es interesante en sí. Sino que sirve para ver cómo al interior del sistema capitalista se reproduce la historia industrial. La civilización industrial se basa en un modo de hacer. Considerar al hombre rentable es un proceso de historia industrial, el nazismo fue generado por el mundo industrial.


–¿El nazismo es el “verdadero” estado capitalista?

N. K.: –Lo que pasa es que hay una cosa violenta, que genera ondas de maldiciones entre generaciones futuras. Y el capitalismo está todavía empañado de esta maldición. Yo hago films de vampiros, de horror, de fantasmas, de lo fantástico. Lo primero que se ve en el film es una máscara africana: la magia negra, la maldición, al mismo tiempo la colonización y los esclavos.


–Podría interpretarse que la historia de Francia es como un boomerang: todo aquello que se sembró durante siglos vuelve a casa.

E. P.: –La empresa genera muerte. La empresa se vuelve el modelo de funcionamiento de la ciudad. No importa en qué lugar de la sociedad sucede este funcionamiento. Es extremadamente eficaz. El hombre va a producir una sociedad capitalista. A partir de un momento, la máquina funciona porque da beneficios: así el mecanismo se vuelve mundial.


–La reducción de personal en Europa habla de lo que los franceses llaman delocalización.

E. P.: –No es sólo en Francia, ustedes han tenido también la misma cosa: el neoliberalismo. Todos estos soldados que se ven en La question humaine hablan de que ésta es una guerra económica: la guerra de religión o de territorio se antecede a la esperanza de encontrar un espíritu de una paz, de una reconstrucción. Pero en la guerra económica no hay paz: las muertes son provocadas por soldados, que ven que los enemigos son los que no producen, son los que sobran. Es ese mecanismo que tiene algo de fascista.


–¿Y por qué deciden adoptar la ficción como estética para contar esto?

N. K.: –Para llegar a filmar lo contemporáneo me interesa la superposición del documental y lo fantástico, como hacía Fritz Lang. En Paria, La blessure y La question humaine se pretende superponer estas cosas de las épocas. Para poder entrar en la época que se trabaja es necesario el cine fantástico, y su aspecto irracional. Para poder meterse en los espacios es necesaria la ficción.


E. P.: –La empresa de La question humaine no existe. Es absolutamente ficticia. Lo que interesa es ver el funcionamiento. Tuve varias conversaciones con los jóvenes que quieren ser candidatos a este mundo, a dominar el liberalismo, que salen de las escuelas y se sienten los más poderosos y los más lindos.


–¿La armada capitalista?

E. P.: –Voilà. La armada cósmica y cosmética: son muy cool, son simpáticos, son hombres de negocios muy lindos. Les gusta mucho la droga, muy regularmente hacen sus paradas y con un poco de coca siguen en combate. Son muy competitivos, se creen los mejores, los más fuertes. Son muy inteligentes pero son amnésicos: no tienen historia, no la conocen en absoluto.


N. K.: –La porosidad entre las épocas es una cosa real. Para documentarla hay que pasar por la ficción porque los espacios, por ejemplo, las oficinas, hemos decidido remodelarlas con muebles de los años ’30 o de los años ’70. Hay una superposición de épocas, que funciona así. Me gustan las historias de fantasmas, de vampiros, porque el cine trabaja así. Hay que desembarazar a los fascistas, Pasolini pone esta cuestión. Eso se transmite de generación en generación. La question humaine ha provocado un debate interesante: hay que encontrar una palabra nueva para hablar del “liberalismo”, que es un sistema totalitario. Hay gente que vio la película dos o tres veces, y muchos jóvenes están discutiendo el tema. Es extraño, pero para mí es una película de fantasmas.


E. P.: –Ya se decía en la Escuela de Frankfurt en los años ’40: el que no habla del capitalismo, no tiene el derecho de hablar del fascismo.




Entrevista realizada por Mariano Blejman, publicada el 13 de abril de 2008 en el diario Página/12. Sobre el film "La cuestión humana" (2007), escrito por Elisabeth Perceval y dirigido por Nicolas Klotz, hablamos en el programa #71 de Rastros de Carmín.


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24.7.08

Mirá quién vino...




¿A que no sabés quién estrena este jueves en las carteleras porteñas? Te doy unas pistas: Las criadas (1960), La mujer infiel (1968), Un asunto de mujeres (1988), Gracias por el chocolate (2000), La comedia del poder (2006)...


¿Más pistas? Domingo 22.00 (hora argentina), Rastros de Carmín #71 en vivo por http://www.unaradio.com.ar/ . ¡Buena salud y mal instinto!
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21.7.08

Autobombo




Gente, el programa 70º de Rastros de Carmín ya está disponible. Después de tres programas fallidos, reencontrarnos con nuestra mejor forma fue una satisfacción. Gracias por el aguante durante la crisis y por seguir ahí.


Volvimos a hablar de Antes que el diablo sepa que estás muerto (esta vez yo) y de 4 de julio, la masacre de San Patricio (esta vez Javier). Hicimos un puente entre la gran peli de Pixar Wall-E y una de las novelas del escritor estadounidense Steven Millhauser, August Eschenburg. Y Javier fue a ver Batman: El caballero de la noche y salió saltando en una pata.


Durante el programa escuchamos el soundtrack de Contra la pared, el film de Fatih Akin. Y el cierre fue necrológico: recordamos a Sergio Algora (fallecido el último 9 de julio) escuchando un tema de El niño gusano, uno de sus proyectos musicales.


Como te decía, ya está disponible. Clickeá en el link y preparate para casi cien minutos de placer. Sí, hoy nos hacemos autobombo: pasó la crisis y Rastros... sigue más firme que nunca. ¡Buena salud y mal instinto!


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18.7.08

Amigos son los amigos




Gente, este domingo festejamos por partida doble. Además de ser el día del amigo (¿?) cumplimos nuestros primeros ¡70 programas!.


Vamos a repasar las pelis de las que charlamos el último domingo, pero invirtiendo los roles. Javier hablará de 4 de julio, y yo de Wall-e y Antes que el diablo sepa que estás muerto. Y prometemos polémica, claro.


Solucionados los problemas técnicos volvemos a la normalidad desde nuestro nuevo búnker. No podés dejarnos en este día de festejos... Acordate que salimos en vivo a las 22.00 por www.unaradio.com.ar, y que en el blog lo podés escuchar después cuando vos quieras. ¡Buena salud y mal instinto, radioescuchas!


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15.7.08

¿Conoces a Vojtech Jasny?




Vojtech Jasny nació en Moravia, Checoslovaquia, en 1925, y amaba el cine desde muy temprana edad. Su padre fue una figura muy importante en su temprano desarrollo en el mundo de la fotografía y su amor por el cine. En 1941 su padre es llevado preso por la Gestapo y en 1942 muere en campo de concentración nazi. Este hecho marca de manera importante al joven Vojtech, que decide trabajar a las órdenes de los Servicios de Inteligencia británicos hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.


Tras pasar la Segunda Guerra Mundial se convirtió en uno de los primeros graduados de la aclamada Escuela de Cine de Praga (FAMU) en su año inaugural, donde empezó a realizar cortometrajes documentales. Tras su graduación realizó varios documentales viajando a China y la Unión Soviética en colaboración con su compañero de clase Karel Kachyna. Durante estos viajes Vojtech llegó a conocer desde dentro las más hondas miserias del régimen comunista de estos países y que también se había instalado en su país tras el final de la invasión alemana. Una vez de volver a Checoslovaquia decidió que nunca más volvería a hacer esta clase de películas de propaganda y ser fiel a sus propias creencias pasase lo que pasase.


Así, Vojtech comenzó su carrera en solitario con su primer trabajo de ficción, Noches de Septiembre (1957), pieza clave en la “New Wave” del cine checo, también llamada “Milagro Checo”. Vojtech Jasny fue la pieza central de esta “segunda generación” de cineastas checos que floreció tras el cambio político en 1956. Vojtech ha sido descrito como el primer “Autor” checo y el primero en buscar un lenguaje cinematográfico específicamente checo.

Si bien Noches de Septiembre es objeto principal de estudio de la “New Wave” checa, es su siguiente película, Deseo (1958), la que le lanza a la palestra internacional. Sus películas más aclamadas serán Un día, un gato (1963), ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Cannes, y Todos Mis Buenos Compatriotas (1968), con el que consiguió un nuevo premio en Cannes, esta vez el Premio al Mejor Director. Esta última película cuenta la historia de la gente de un pequeño pueblo de Moravia que trabajó duramente por el cambio social en Checoslovaquia a principios de los años 50 y en el que tan personalmente envuelto estaba él mismo. Fue su película de mayor éxito internacional. Vojtech Jasny pudo llevar a cabo estas películas no sin haber sufrido grandes trabas por parte de los tribunales del departamento de cultura de su país. Él amenazó a los dirigentes de su país con dejar de hacer cine y retirarse a la montaña si no le dejaban hacer estas dos películas. Después de Todos mis buenos compatriotas, que critica de manera más o menos clara el funcionamiento del régimen comunista, recibió la visita de la policía secreta para obligarle a delatar a la gente que él conocía y que trabajaba contra el régimen. Él les dijo que jamás lo haría, les dijo que se cortaría el cuello en caso de que le obligaran. Llamó al presidente del país y éste le salvó del acoso de la policía.


En 1969, tras la invasión soviética, realiza un cortometraje de gran fuerza, Rapsodia Checa, o “Adiós a mi patria” como él mismo la llama, ya que le lleva a tener que huir del país junto a su mujer Kveta y su hijo Peter. Vivirá primero en Yugoslavia, a continuación en Viena y pasará después largo tiempo en Munich. Los años de exilio fueron muy duros para Vojtech y su familia. Intentó hacer varias películas contra la invasión soviética en su país y por ello sufrió varios atentados contra su vida por parte de la KGB, llevándole en una de las ocasiones a estar dos días en estado de coma. Debido a los riesgos que suponía la realización de estas películas decidió dejarlas a un lado.

En Alemania realiza varias películas de éxito, como la adaptación de Opiniones de un payaso (1976) de Heinrich Böll, por el que gana la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Al llegar a Alemania se encontró en la situación de no poder hacer más películas de la manera que él quería, y esto junto con la nostalgia que sentía por no estar en su país le llevó a una etapa en la que ingirió grandes cantidades de alcohol. Como él mismo dice, “en realidad me quería suicidar”. Su mujer, su hijo y su gran amigo Heinrich Böll lo evitaron.

Así, en 1984 se traslada a vivir a Nueva York para convertirse en profesor de cine en la Universidad de Columbia, donde su antiguo alumno y compatriota Milos Forman era el director del departamento de cine. Desde entonces ha realizado numerosas películas para cine y televisión, siendo las últimas el largometraje documental Gladys (1999), que ha sido proyectado en festivales por todo el mundo, y el documental Infierno En La Tierra (2001) perteneciente a la serie de documentales sobre el Holocausto “Broken Silence”(Silencio Roto), producida por Steven Spielberg.

En 1994 regresó a su país natal por primera vez en treinta años y en 1999 realizó Regreso Al Paraíso Perdido, una película que narra su regreso al pueblo en el que se rodó Todos mis buenos compatriotas.


A finales de los años 90 detectan un cáncer a su hijo y su mujer Kveta se traslada de nuevo a Munich, lugar donde vivía Peter. En 2002 Peter fallece. Vojtech se encuentra en esos momentos en Nueva York. Kveta no supera la muerte de su único hijo y se queda a vivir en Munich, lugar donde cree que debe vivir. Vojtech acepta esta situación y estarán juntos la mayor parte del tiempo que puedan dependiendo de las clases y las películas que Vojtech haga.



Extraido de "Vida y cine: Las laberínticas biografías de Vojtech Jasny", proyecto de film documental de Arkaitz Basterra Zalbide


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14.7.08

La masacre de San Patricio, por Eduardo Kimel




El periodista Eduardo Kimel se refiere al horrendo asesinato de los cinco religiosos palotinos, ocurrido el 4 de julio de 1976. Kimel, prestigioso periodista, fue perseguido por la Justicia y amenazado, por la publicación de su obra: 'La Masacre de San patricio'.


"Rolando Savino era el joven organista de la iglesia de San Patricio. Desde chico concurría a la parroquia de los palotinos irlandeses. El domingo 4 de julio (de 1976) se levantó temprano y fue a la iglesia, para asistir a la primera celebración de la misa. Llegó a las siete y media. Había poca gente en la calle, aguardando con frío a la intemperie. Pasaron los minutos y extrañado vio que el templo permanecía cerrado. Algunos feligreses impacientes tocaron el timbre y dieron golpes en las puertas, sin obtener respuesta. A las ocho menos cinco Rolando dio un rodeo a la casa y encontró una banderola semiabierta. Trepó y entró. No percibió ni movimientos. Fue hasta el comedor de la planta baja. Tomó las llaves de la iglesia y abrió las puertas para que los feligreses pudieran entrar. Utilizando otra llave abrió la puerta de la casa parroquial; desde el hall llamó a los padres sin resultado alguno. Vio luces encendidas en la planta alta. Creyó que los sacerdotes se habían quedado dormidos, o que recién se levantaban, aunque esto no fuera normal. Volvió a gritar y, como el silencio continuaba, subió las escaleras hasta el primer piso donde estaban los dormitorios. Un frío helado recorrió su cuerpo. Una presunción lo invadió. Estaba todo revuelto. En las puertas y en la alfombra había inscripciones, que no pudo o no quiso leer. Pensó en un robo. La estufa de gas estaba encendida. Se acercó a la sala de estar. Abrió la puerta y con horror observó los cuerpos ensangrentados de los cinco religiosos tirados en el suelo. Aterrorizado, bajó las escaleras. Entre las personas que aguardaban vio a la señora Celia Harper, a quien conocía; impelido de un desconocido sentido del control le pidió que lo acompañara a la planta alta, sin decir una sola palabra al resto de la gente. A los pocos minutos Rolando y Celia se dirigieron a la comisaría del barrio para comunicar el macabro hallazgo".


Este relato pertenece a mi libro La masacre de San Patricio, una investigación sobre el horrendo asesinato de los cinco religiosos de la comunidad católica palotina de Belgrano R sucedido el 4 de julio de 1976. En las primeras horas de aquel día un grupo de tareas de la dictadura militar ingresó a la casa parroquial y, luego de identificarlos, masacró a los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Duffau, y a los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti.


El crimen fue el hecho de sangre más importante que sufrió la Iglesia Católica argentina en toda su historia. Sin embargo, desde aquel 4 de julio poco se hizo para recordar a las víctimas y mucho menos para hallar y castigar a los culpables.


La jerarquía católica argentina mantuvo una llamativa indiferencia, nunca reclamó con la debida fuerza por el crimen; el homenaje a las víctimas quedó circunscrito a las misas que los palotinos les dedican cada 4 de julio. Si se hiciera una encuesta entre la gran masa de católicos practicantes, seguramente una inmensa mayoría no podría contestar a la pregunta: ¿qué fue la masacre de San Patricio?


20 años después del horrendo hecho la congregación palotina ha solicitado a las autoridades eclesiásticas la investigación oficial con el propósito de que los cinco religiosos sean considerados mártires de la Iglesia.


La investigación judicial tuvo dos etapas. La primera, encabezada por el juez Guillermo Rivarola en los años 1976 y 1977, no dio con los autores y fue sobreseída provisionalmente, aunque hubo evidencias notorias que indicaban la intervención de la dictadura operando en el marco de lo que los represores denominaron la 'lucha antisubversiva'. La segunda fase comenzó en agosto de 1984 y estuvo a cargo del juez Néstor Blondi. Una serie de testimonios dirigieron la sospecha hacia la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Incluso un ex integrante de la Marina, Miguel Angel Balbi relató en el tribunal que un ex 'compañero de armas', Claudio Vallejos, le había confesado su participación en el homicidio juntamente con Antonio Pernías, el teniente de navío Aristegui y el suboficial Cubalo.


Sobre la base de las declaraciones de Luis Pinasco y Guillermo Silva, dos vecinos de la parroquia que fueron testigos de una parte de lo que ocurrió aquella noche, se pudo reconstruir la verdad parcialmente. Se supo que la presencia de dos automóviles Peugeot 504 estacionados frente a la parroquia había despertado la preocupación del joven Julio Víctor Martínez -hijo de un general que había sido designado gobernador por la Junta Militar-, quien realizó la denuncia en la comisaría 37. Luego de mucha resistencia se envió un patrullero al lugar y el oficial a cargo del operativo, Miguel Angel Romano, conversó con quienes estaban dentro de los coches. Desde una casa en la esquina de Estomba y Sucre los jóvenes siguieron los acontecimientos. Cuando el móvil policial se retiraba de la cuadra, Guillermo Silva escuchó una palabras destinadas al cabo de la Policía Federal Pedro Alvarez, quien custodiaba el hogar de la familia Martínez: 'Si escuchás unos cohetazos no salgás porque vamos a reventar la casa de unos zurdos'. Después de un rato los jóvenes vieron cómo varias personas salían de los autos con armas largas e ingresaban a la casa parroquial. Y mucho más tarde escucharon el ruido de un auto arrancando y alejándose a mucha velocidad.


Convocado por el juez Rivarola, Miguel Angel Romano dio su versión sobre lo ocurrido. Reconoció haber estado frente a la parroquia aquella noche e identificado a la única persona que según él estaba dentro de un automóvil Peugeot 504. 'Cuando lo interrogó sobre el motivo de su estadía en ese lugar, esas persona la manifestó que se encontraba allí esperando a una señorita que tenía que salir de una fiesta que es daba a la vuelta'.


En mayo de 1986, el entonces fiscal Aníbal Ibarra solicitó el procesamiento del ayudante Miguel Angel Romano. 'Llego a la conclusión de que el ayudante Romano individualizó a las personas que estaban en uno de los Peugeot, y digo las personas porque el nombrado mintió cuando expresó que sólo encontró a una. (...) En tales condiciones, es evidente que los integrantes del rodado hicieron saber que la intención de ellos no era el general Martínez sino por el contrario 'reventar a unos zurdos'. Esto obviamente tranquilizó al ayudante Romano quien se dirigió entonces a avisar al custodio del mencionado ex gobernador del Neuquén lo que realmente iba a ocurrir'. Ibarra concluía: Romano 'supo en el cumplimento de sus funciones lo que iba a ocurrir en la parroquia de San Patricio y con su actitud -tratando incluso de evitar la posible intervención del custodio del general Martínez- permitió que ello ocurriera'.


Asimismo, Ibarra pidió el procesamiento del jefe de la comisaría 37ª, Rafael Fensore por 'la omisión de incorporar al expediente ese importante incidente (la denuncia de Martínez)', que recién fue agregada tres días después del múltiple homicidio. En junio de 1987, el juez Blondi dispuso el desprocesamiento de Fensore y Romano, haciendo lugar al pedido de prescripción de la acción formulada por los abogados defensores. La causa judicial fue clausurada por segunda vez en forma provisional. Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y los indultos decretados por Carlos Menem hicieron el resto. La investigación quedó interrumpida sin indicio que pudiera o pueda ser reactivada. Los asesinos e instigadores nunca fueron castigados.


32 años después, seguimos evocando con dolor a los palotinos asesinados el 4 de julio. Y continuamos exigiendo el juicio y castigo a todos los culpables.




Puede verse actualmente en cartel el documental argentino 4 de Julio - La masacre de San Patricio (2007), de Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta.


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9.7.08

De estreno




Gente, estamos en transición. Lo habrán notado en los últimos programas. Una etapa está quedando atrás y, de a poco, nace una nueva. Este domingo en el programa 69º de Rastros de Carmín estrenamos nueva casa. Nada menos. La idea es que pueda ser un lugar estable desde donde pensar, preparar, transmitir y subir los programas. Estamos trabajando en eso, y queremos compartirlo con vos. Por eso te esperamos éste y todos los domingos a las 22.00 para que nos acompañes en el vivo a través de www.unaradio.com.ar. Después quedará en el blog para que lo descargues y lo escuches cuando quieras. Gracias por el aguante en esta etapa, y nos seguimos escuchando. Más que nunca, ¡buena salud y mal instinto!
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2.7.08

En competencia




Gente, entramos en el segundo semestre y ya se perfilan los films destacados que integrarán la preciada lista de fin de año. Este domingo en el programa 68º de Rastros de Carmín le pegamos duro y parejo a la que muy posiblemente sea la peor película del 2008. Escucha cuál y por qué desde las 22.00, en vivo por http://www.unaradio.com.ar/, y después en el blog cuando gustes. Nos seguimos escuchando. ¡Buena salud y mal instinto!
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