15.7.08

¿Conoces a Vojtech Jasny?




Vojtech Jasny nació en Moravia, Checoslovaquia, en 1925, y amaba el cine desde muy temprana edad. Su padre fue una figura muy importante en su temprano desarrollo en el mundo de la fotografía y su amor por el cine. En 1941 su padre es llevado preso por la Gestapo y en 1942 muere en campo de concentración nazi. Este hecho marca de manera importante al joven Vojtech, que decide trabajar a las órdenes de los Servicios de Inteligencia británicos hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.


Tras pasar la Segunda Guerra Mundial se convirtió en uno de los primeros graduados de la aclamada Escuela de Cine de Praga (FAMU) en su año inaugural, donde empezó a realizar cortometrajes documentales. Tras su graduación realizó varios documentales viajando a China y la Unión Soviética en colaboración con su compañero de clase Karel Kachyna. Durante estos viajes Vojtech llegó a conocer desde dentro las más hondas miserias del régimen comunista de estos países y que también se había instalado en su país tras el final de la invasión alemana. Una vez de volver a Checoslovaquia decidió que nunca más volvería a hacer esta clase de películas de propaganda y ser fiel a sus propias creencias pasase lo que pasase.


Así, Vojtech comenzó su carrera en solitario con su primer trabajo de ficción, Noches de Septiembre (1957), pieza clave en la “New Wave” del cine checo, también llamada “Milagro Checo”. Vojtech Jasny fue la pieza central de esta “segunda generación” de cineastas checos que floreció tras el cambio político en 1956. Vojtech ha sido descrito como el primer “Autor” checo y el primero en buscar un lenguaje cinematográfico específicamente checo.

Si bien Noches de Septiembre es objeto principal de estudio de la “New Wave” checa, es su siguiente película, Deseo (1958), la que le lanza a la palestra internacional. Sus películas más aclamadas serán Un día, un gato (1963), ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Cannes, y Todos Mis Buenos Compatriotas (1968), con el que consiguió un nuevo premio en Cannes, esta vez el Premio al Mejor Director. Esta última película cuenta la historia de la gente de un pequeño pueblo de Moravia que trabajó duramente por el cambio social en Checoslovaquia a principios de los años 50 y en el que tan personalmente envuelto estaba él mismo. Fue su película de mayor éxito internacional. Vojtech Jasny pudo llevar a cabo estas películas no sin haber sufrido grandes trabas por parte de los tribunales del departamento de cultura de su país. Él amenazó a los dirigentes de su país con dejar de hacer cine y retirarse a la montaña si no le dejaban hacer estas dos películas. Después de Todos mis buenos compatriotas, que critica de manera más o menos clara el funcionamiento del régimen comunista, recibió la visita de la policía secreta para obligarle a delatar a la gente que él conocía y que trabajaba contra el régimen. Él les dijo que jamás lo haría, les dijo que se cortaría el cuello en caso de que le obligaran. Llamó al presidente del país y éste le salvó del acoso de la policía.


En 1969, tras la invasión soviética, realiza un cortometraje de gran fuerza, Rapsodia Checa, o “Adiós a mi patria” como él mismo la llama, ya que le lleva a tener que huir del país junto a su mujer Kveta y su hijo Peter. Vivirá primero en Yugoslavia, a continuación en Viena y pasará después largo tiempo en Munich. Los años de exilio fueron muy duros para Vojtech y su familia. Intentó hacer varias películas contra la invasión soviética en su país y por ello sufrió varios atentados contra su vida por parte de la KGB, llevándole en una de las ocasiones a estar dos días en estado de coma. Debido a los riesgos que suponía la realización de estas películas decidió dejarlas a un lado.

En Alemania realiza varias películas de éxito, como la adaptación de Opiniones de un payaso (1976) de Heinrich Böll, por el que gana la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Al llegar a Alemania se encontró en la situación de no poder hacer más películas de la manera que él quería, y esto junto con la nostalgia que sentía por no estar en su país le llevó a una etapa en la que ingirió grandes cantidades de alcohol. Como él mismo dice, “en realidad me quería suicidar”. Su mujer, su hijo y su gran amigo Heinrich Böll lo evitaron.

Así, en 1984 se traslada a vivir a Nueva York para convertirse en profesor de cine en la Universidad de Columbia, donde su antiguo alumno y compatriota Milos Forman era el director del departamento de cine. Desde entonces ha realizado numerosas películas para cine y televisión, siendo las últimas el largometraje documental Gladys (1999), que ha sido proyectado en festivales por todo el mundo, y el documental Infierno En La Tierra (2001) perteneciente a la serie de documentales sobre el Holocausto “Broken Silence”(Silencio Roto), producida por Steven Spielberg.

En 1994 regresó a su país natal por primera vez en treinta años y en 1999 realizó Regreso Al Paraíso Perdido, una película que narra su regreso al pueblo en el que se rodó Todos mis buenos compatriotas.


A finales de los años 90 detectan un cáncer a su hijo y su mujer Kveta se traslada de nuevo a Munich, lugar donde vivía Peter. En 2002 Peter fallece. Vojtech se encuentra en esos momentos en Nueva York. Kveta no supera la muerte de su único hijo y se queda a vivir en Munich, lugar donde cree que debe vivir. Vojtech acepta esta situación y estarán juntos la mayor parte del tiempo que puedan dependiendo de las clases y las películas que Vojtech haga.



Extraido de "Vida y cine: Las laberínticas biografías de Vojtech Jasny", proyecto de film documental de Arkaitz Basterra Zalbide


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