24.5.09

Cannes 2009: en su regreso a Alemania y con un film en blanco y negro, Michael Haneke ganó la Palma de Oro


Culminó el 62º Festival de Cine de Cannes, y Michael Haneke se alzó con el premio mayor. El film The White Ribbon, coproducción entre Alemania y Austria, se llevó la Palma de Oro. A continuación el palmarés completo, y algunas imágenes de la cinta ganadora.

El Palmarés completo

-Palma de Oro a la mejor película: The White Ribbon (Austria/Alemania), de Michael Haneke.

-Gran Premio del Jurado: Un prophète, de Jacques Audiard (Francia).

-Premio Excepcional del Festival de Cannes: Alain Resnais por Les herbes folles (Francia) y por el conjunto de su obra.

-Premio a la mejor dirección: Brillante Mendoza (Filipinas), por Kinatay.

-Premio al mejor guión: Feng Mei, por Spring Fever (China), de Lou Ye.

-Premio a la mejor actriz: la francesa Charlotte Gainsbourg por Antichrist(Dinamarca), de Lars von Trier.

-Premio al mejor actor: el austríaco Christoph Waltz (Austria) por Bastardos sin gloria/Inglourious Basterds (Estados Unidos), de Quentin Tarantino.

-Premio del jurado (ex aequo): Fish Tank (Gran Bretaña), de Andrea Arnold, y Thirst (Corea del Sur), de Park Chan-wook.

-Cámara de Oro a la mejor opera prima de todo el festival: Samson and Delilah (Australia), de Warwick Thornton, presentada en Un Certain Régard.

-Palma de Oro al mejor cortometraje: Arena (Portugal), de Joâo Salaviza (Portugal).



Premios FIPRESCI de la crítica internacional

-The White Ribbon
(Alemania, Austra, Francia, Italia), de Michael Haneke, ganó entre los films de la competencia oficial.

-Police, Adjective (Rumania), de Corneliu Porumboiu, triunfó en Un Certain Régard.

-Amreeka (Estados Unidos-Canadá-Kuwait), de Cherien Dabis, venció en la Quincena.


Premio del jurado ecuménico

Looking for Eric
(Gran Bretaña), de Ken Loach.


Premios oficiales de la sección Un Certain Régard

-PRIX UN CERTAIN REGARD FONDATION GROUPAMA GAN POUR LE CINEMA: Kynodontas/Dogtooth (Grecia), de Yorgos Lanthimos.

-PRIX DU JURY: Police, Adjective (Rumania), de Corneliu Porumboiu.

-PRIX SPECIAL UN CERTAIN REGARD 2009: No One Knows About Persian Cats (Irán), de Bahman Ghobadi, La père de mes enfants, de Mia Hansen-Love.


Premios de la Quincena de Realizadores:

-MENCION EUROPA CINEMA: La Merditude des choses, de Felix Van Groeningen.

-PRIX SFR: Montparnasse, de Mickael Hers.

-PRIX EUROPA CINEMA: La Pivellina, de Tizza Covi y Rainer Frimmel.

-PRIX SACD + PRIX REGARDS JEUNES + PRIX ART CINEMA AWARD: J'ai tué ma mère, de Xavier Dolan. Este director, guionista y actor canadiense de 19 años se quedó así con tres de los cuatro premios principales.


Premios de la Semana de la Crítica

GRAND PRIX: Goodbye Gary, de Nassim Amaouche (Francia).

PREMIO SACD: Lost Persons Area, de Caroline Strubbe (Bélgica, Holanda, Hungría)

PREMIO ACID/CCAS: Whisper With the Wind, de Shahram Alidi (Irak)

Ofaj/TV5 MONDE (VERY) YOUNG CRITIC AWARD: Whisper With the Wind

PREMIO REGARDS JEUNES PRIZE: Whisper With the Wind.



18.5.09

"La sangre brota" y la polémica acerca del virtuosismo: ahora opina Daniel Melero


En el programa 112 de Rastros de Carmín hablamos de La sangre brota (2008), nuevo largometraje de Pablo Fendrik. Y estalló la polémica. ¿Alcanza con el virtuosismo para hacer un buen film? Una parte del debate la hicimos al aire (acá podés escuchar el programa). Otra parte sigue a continuación, y el que opina es ni más ni menos que Daniel Melero.



Daniel Melero: "La técnica es hija bastarda del talento"

Una de las peores cosas que le pasó a la música en los últimos tiempos fue el hecho de quedar en manos de músicos entrenados y adiestrados, con un alto índice de acrobacia en la ejecución. Como la técnica es hija bastarda del talento -un reemplazo biónico-, a la obra que es puramente resultado de ella le faltan átomos para ser arte, está incompleta. Es como la reproducción estructural de algo que fue arte en un momento dado, y que después fue estudiado y desmenuzado para aprender sus proporciones. Estos músicos implementan técnicas para crear en base a los logros que un artista produjo alguna vez.

Un artista puede tener intenciones, pero generalmente cuando obtiene una obra de arte es porque no las concretó. La concreción tiene que ver, por un lado, con la capacidad de ejecución, con la técnica; por el otro, con procedimientos ya probados y concepciones ya reconocidas. Entonces, lo peor de que todo llegue precisamente al lugar donde se supone es que se arriba al "buen gusto", al pasado.

La artesanía es un zombie del Arte. Toma una forma que en su momento fue arte con el fin de reproducirla infinitamente como un clono de menor resolución que el original. Me imagino que alguna vez hubo un coya que hizo una vasijita realmente increíble y admirable. Hoy existe un mercado de vasijas coyas. Con el rock' n' roll sucedió lo mismo, e incluso con cierta música tecno que ya está hiperclonada.

Si la artesanía depende del pasado, del "buen gusto", entonces el arte tiene que ver con lo siempre nuevo. Para la artesanía uno ya está preparado, sabe de antemano cómo consumirla. Pero en el caso del arte, lo más fascinante es que no se llegue a enmarcar en los parámetros establecidos, que traicione nuestra información.

Los discos que más me gustan son aquellos en los cuales está tan poco claro lo que hay que hacer con ellos, que habilitan muchos usos posibles. Por eso, cuanto menos definida y dirigida sea la funcionalidad de una obra, mejor.

(Extraido de http://recoleccionvacia.blogspot.com/2008/03/120692.html)



¿Continuará?

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17.5.09

Perfil de Otar Iosseliani, a propósito del estreno de 'Jardines en Otoño'


Otar Iosseliani nació en Georgia el 2 de febrero de 1934, y comenzó a filmar en 1958; tras algunos cortometrajes realizó en 1967 La caída de las hojas y nueve años más tarde Pastoral, su último trabajo en su Georgia natal, antes del exilio fílmico. En Buenos Aires solamente se había podido ver Hogar, Dulce Hogar y una gran parte de su filmografía en la retrospectiva organizada por el V Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente; el georgiano es un gran autor, comprometido con sus ideales, a la vez que confusos, donde cada pobre goza de un guiño de complicidad y cada rico es tratado con una leve mirada burlesca. A la vez, la sensación que deja es de una posición lejana al régimen, como él mismo se declaró, “asoviético”.

Pastoral, al igual que Hogar, Dulce Hogar y que La caza de las mariposas está formada por una serie de viñetas coloridas sobre la vida de muchos personajes, con poca definición y mucho de circunstancial, anecdótico y embutido de una frescura poco habitual.

En tanto que La caída de las hojas, su primer largometraje, cuenta la historia de Niko, un joven y tímido técnico en enología que ingresa a trabajar en una gran bodega y defiende sus principios frente a la burocracia ya instalada, y frente a su amigo que intenta escalar rápidamente en la estructura de la empresa. A pesar de su declarado asovietismo, La caída de las hojas plantea, metafóricamente y apelando a la parábola, la vejez e inmovilidad del sistema y el cómo los nuevos cuadros soviéticos introducidos tras el histórico congreso del PCUS en 1956 no hicieron más que aprovecharse del sistema y tratar de ubicarse cómodamente sin cambiar nada.

Por su parte, Pastoral trabaja a partir de la simplicidad y se constituye en una comedia despojada de toda crítica social, pese a lo cual también fue censurada en la Unión Soviética como sus dos filmes anteriores. Formalmente, tanto La caída de las hojas como Pastoral transitan un sendero de continuidad estilística; la música está presente de manera constante en ambas, los diálogos se ubican en un segundo plano, para que el sonido ambiente genere en el espectador una sensación de cercanía considerable. Los planos son pausados, pero el movimiento de cámara no lo es, no obstante eso no descoloca a nadie; pasa de un personaje a otro, y el filme sigue transcurriendo, en un devenir constante hacia otra historia, que no será contada del todo.

Vale la pena mencionar que Otar Iosseliani deja en la boca un sabor dulce, de plenitud y de alegría; sin importar qué digan sus personajes, se mueven siempre hacia adelante y todos dan con la nota exacta.


Sobre La caza de las mariposas

En torno a la vida de los habitantes de un hermoso castillo en un pequeño pueblito francés, Otar Iosseliani desarrolla innumerables personajes que alimentan momentáneamente al relato, pero que jamás se constituirán como figuras principales.

Esta especie de coralidad ya se veía en la deslumbrante Hogar, dulce hogar, la que se estrenó en Buenos Aires hace dos años y única obra exhibida hasta esta retrospectiva del aclamado realizador georgiano residente en Francia desde hace dos décadas.

El filme es fresco, cercano y con gotas de ironía que rebalsan en cada viñeta; y eso es el centro de la película: viñetas. Anécdotas de curas pueblerinos, de viejos aristócratas venidos a menos, de hare kishnas simpáticos, de pésimas orquestas de vientos, de viejos burgueses codiciosos y de una adorable setentona con ánimos de chica de 20. Y esa parece ser la fórmula de Otar, quien tiene 69 años pero se siente de veintipico, y eso se nota en sus trabajos detrás de cámara.



Extraído de http://www.festivalbafici.com.ar/2007/10/03/a-proposito-de-otar-iosseliani/; en el programa 112 de Rastros de Carmín hablamos de Otar Iosseliani y su último film, Jardines en Otoño (2006), recientemente estrenada en Buenos Aires. Aquí, el trailer del film.

11.5.09

Stephen Daldry habla de 'The Reader': "El personaje de Hanna sufre de analfabetismo moral"



–Dada la nueva avalancha de películas relacionadas con el Tercer Reich y el Holocausto, ¿no cree que recrear y reconfigurar constantemente el pasado nubla la historia?
–Yo no creo que The reader hable del Holocausto o la guerra. Más que una investigación de los verdaderos hechos durante esa época, es una meditación sobre sus consecuencias sobre una generación de alemanes que nacieron sintiéndose culpables.

–Usted no es alemán. ¿Cómo entró en contacto con los sentimientos de esa generación?

–De niño pasé mucho tiempo en Alemania aprendiendo el idioma, y, ya adulto, he trabajado mucho en Berlín, en el teatro. Es un país que conozco bien y que siempre me ha fascinado, por todas sus sombras y contradicciones y por cómo han luchado con la culpa por haber inventado Auschwitz, el lugar más terrorífico jamás inventado por la humanidad. Y esa lucha todavía se percibe en las escuelas, en las iglesias, en la psique de la mentalidad germana.

–Hábleme de cómo afecta esa culpa a Michael (David Kross), el protagonista de la película.

–Vive un romance que está manchado. ¿Significa ello que su amor es una mentira? Ha crecido en una sociedad en la que casi todos tienen las manos sucias. Su historia refleja el secretismo que asoló Alemania tras la guerra. Pasaron 17 años antes de que la sociedad empezara a preguntarse qué sucedió, e incluso entonces quiso creerse que los procesados eran monstruos, sádicos, dementes. Pero entre ellos había madres, padres, sacerdotes y maestros. Si no se comprende que eran seres humanos, se pierde la idea de una cultura de la deshumanización.

–Pero, ¿empatizar con un nazi no significa, de alguna manera, victimizarlo?
–No creo que convirtamos a Hanna (Kate Winslet) en víctima. Ella ha participado en crímenes atroces, y no quisimos que el personaje ganara conciencia moral, ni tampoco redención. Es una persona que toma sus propias decisiones basadas en sus propias circunstancias, pero, a causa de su analfabetismo moral, esas decisiones acabando resultando muy erróneas. Es interesante comprobar hasta qué punto el personaje adquiere conciencia de esos terribles errores.

–¿Qué entiende usted por analfabetismo moral?
–Es una analfabeta moral una mujer que permite morir a miles de mujeres y niños atrapados en el interior de una iglesia en llamas por el miedo a que si abre las puertas cundirán el caos y el desorden. Es una analfabeta moral una mujer que sostiene que los exterminios eran necesarios para ir haciendo espacio en los campos de concentración a los prisioneros que llegaban nuevos.

–Señor Daldry, ¿por qué no aparecen imágenes de los campos de exterminio en la película?
–Me negué a usar flashbacks, no podía soportar la idea de rodar escenas de exterminio. Tampoco quise mostrar a los supervivientes del Holocausto como gente tremendamente dañada incapaz de vivir dentro de los confines de la sociedad. Películas como La decisión de Sophie están pobladas de personajes que no pueden dejar de hacerse daño y hacer daño a los demás. Como digo, El lector es otro tipo de historia.

–Lo demuestran las escenas de sexo que protagonizan los dos protagonistas. ¿Cómo afectó al rodaje la diferencia de edad entre ellos?
–Kate es una actriz increíble, tiene mucha experiencia y ayudó a David, que estaba hecho un flan. Las rodamos en dos días. Fue muy mecánico y coreografiado, no hubo espacio para la improvisación, así que no resultó particularmente difícil.



La entrevista a Stephen Daldry fue publicada en http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=586626&idseccio_PK=1013. En el programa 111 de Rastros de Carmín hablamos de Daldry, recorrimos su filmografía, y analizamos 'The Reader'. Para escucharlo hacé click acá.Y a continuación, el trailer de su último largometraje a la fecha.

2.5.09

La otra cara de la guerra: Conocé al realizador israelí Avi Mograbi, y su film "Z 32"


En el programa 110 de Rastros de Carmín presentamos al realizador israelí Avi Mograbi, y comentamos su último film a la fecha, Z 32. Para escucharlo, hacer click acá. A continuación, una entrevista realizada por Jorge García a propósito de la visita de Mograbi a la Argentina en 2008 para el DocBsAs.



¿Cómo se produjo su llegada al cine?
Si bien estudié filosofía y artes plásticas, puede decirse que yo nací con el cine, ya que mi padre dirigía una sala en Tel Aviv que se llamaba cine Mograbi, que fue la primera en pasar películas sonoras. Allí vi cientos de films de mierda, pero también pasaba mucho tiempo con él en una sala de proyección privada donde veía cinco o seis títulos por día, ya que no había videos ni DVD y no se podía utilizar el fast forward. Fue allí donde incorporé el virus del cine y la necesidad de hacer películas.

¿Hay algún realizador dentro del cine israelí que haya influenciado su obra?
Sí, hay dos importantes cineastas cuya obra vi mucho y que ejercieron un gran impacto sobre mí. Uno es Uri Zohar, que hizo, sobre todo, largometrajes de ficción en los que retrató muy bien a la generación a la que pertenezco, y que luego se convirtió en un rabino ortodoxo. El otro es David Perlov, quien, a través de sus Diarios, fue muy importante en mi formación como documentalista.

Sus películas tienen la particularidad de incorporar elementos del cine documental, ficcional y hasta del falso documental. ¿Usted cómo las caracterizaría?
Si pudiera caracterizar mi cine lo haría sin hablar de géneros, sólo diría que son películas. Es cierto que hay elementos de la realidad en mis films, pero es mi punto de vista el que en el proceso de montaje la reconstruye. Cuando hay una escena ficcional, eso tiene que ver con mi punto de vista sobre esa realidad.

En sus películas aparece constantemente la contradicción que se produce entre el material que está rodando y la forma en que tiene que hacerlo. Eso para mí se ve muy claro en Z32.
Sí, a través de las canciones incorporadas en el film de algún modo rebato los testimonios del soldado. Esas canciones nos permiten reflexionar sobre las causas que provocaron que ese soldado actúe de ese modo. Las canciones intentan provocar un efecto de distanciamiento para reflexionar sobre lo que se está mostrando.

Creo que en la película hay tres niveles de representación. El primero es el testimonio del soldado frente a su novia; el segundo, el de la reconstrucción de los hechos, de la que usted participa junto al soldado; y el tercero, el de las canciones de las que hablábamos.
Sí, sin duda. Es interesante comentar cómo se desarrolló la idea de esta película, ya que en principio iba a ser el simple testimonio del soldado contando su historia, pero nunca pude concretar cómo trabajar con esa idea y entonces me planteé hacer una suerte de ópera muy grandiosa, pero tampoco resultaba un proyecto claro. Por suerte apareció la novia del protagonista, y eso me hizo cambiar la idea general de la película, que se convirtió en una obra mucho más humilde y modesta.

Yo tengo la sensación de que su cine, tras una estructura aparentemente simple y ligera, expone una serie de situaciones –tanto políticas como personales– muy complejas.
Me agrada que lo diga porque estoy de acuerdo. Cada tema requiere su tratamiento, y en el caso de Z32 el hecho que el protagonista insistiera en que no quería ser identificado se convirtió, finalmente, en un elemento creativo interesante para contestar con las canciones. Buscar esos tratamientos adecuados se convierte para mí en algo fascinante.

Usted se pone siempre en escena en sus películas e incorpora elementos de su vida personal como, por ejemplo, la separación de su mujer. ¿Por qué?
Cuando uno hace una película tiene sus propios pensamientos, sus dilemas, y yo trato de reflejarlos allí. Por suerte, parece que en mi cine esa presencia se ha convertido en un elemento que me distingue de otros cineastas.

Otro tema que surge en sus películas es el de la identidad, ya que usted ha representado en ellas a diversos personajes, inclusive a su esposa.
Todas las identidades que asumo en mis películas presentan una suerte de dualidad, ya que soy yo pero, al mismo tiempo, no lo soy. Z32 es la única película en la que no manipulo mi identidad, aunque yo creo que esa manipulación que hago de los personajes que represento es, en última instancia, un medio efectivo para comunicarme con los espectadores.

Otro elemento importante en sus películas es el uso del humor, aun en las situaciones más dramáticas.
Creo que en mis dos últimas películas el humor ha disminuido bastante, aunque es cierto que las canciones en Z32 proponen una cierta dosis de humor. Creo que esto es algo que tiene que ver con mi propia naturaleza, ya que disfruto entreteniendo a la gente que tengo a mi alrededor. Es también una manera de mantener divertidos a los espectadores mientras trato temas muy serios. También puede ser que el humor sea un destilado de lo amargo de muchas situaciones y del hecho de que soy una persona sarcástica.

Otro elemento que me llama la atención en su cine –y que se nota muy claramente en Z32es el rol de su esposa, que aparece como una suerte de “conciencia moral” suya, al cuestionarle que lleve un criminal a su casa.
Ella es el respaldo de la familia; lo que se ve en las películas no son las representaciones reales de nuestra relación, pero yo discuto mucho con ella sobre elementos artísticos, éticos y políticos. De allí que sea natural para mí que ella aparezca para explicar mis dilemas.

¿Por qué en casi todas sus películas, en lugar de trabajar en equipo, se ocupa personalmente de todos los elementos del film?
Eso tiene que ver con mi necesidad de controlar al detalle todos los aspectos de las películas, y está relacionado también con la forma en que trabajan los artistas plásticos, que borran todo aquello que no les gusta. Esto es algo muy difícil de hacer con un equipo grande. Sin embargo, en esta última película necesité trabajar con otra gente; por ejemplo, para manejarme con los efectos digitales y con los arreglos musicales.

¿La utilización de máscaras para ocultar su identidad fue una exigencia innegociable del protagonista?
Sí, me permitió filmarlo pero por contrato no podía mostrar su identidad.

¿La posición del soldado representa la de la mayoría de la sociedad israelí?
La verdad es que no estoy seguro. No se si la mayoría de los israelíes piensan eso. Si este fuera el caso, el contexto político sería mucho peor.

En su película anterior (Venganza por uno de mis dos ojos) hay una larga conversación telefónica con un palestino en la que se tocan diversos temas políticos. ¿Cree en la posibilidad de llevar adelante ese diálogo a nivel de estados?
Sí, pero depende de ambos estados, si realmente desean un diálogo. Yo tengo amigos palestinos y dialogo sin problemas con ellos.

¿Ve alguna afinidad de su cine con el de algún otro realizador israelí con una mirada crítica como Eyal Sivan?
La verdad es que no nos vemos muy a menudo, ya que el vive en Londres y yo en Tel Aviv, pero creo que existen afinidades.

¿Cómo son recibidas sus películas en Israel? ¿Ha tenido problemas de censura?
La verdad que no demasiados. A Z32, por ejemplo la limitaron a mayores de 16 años, pero luego la bajaron a 14. Ésta fue la única limitación. La película, por otra parte, ha tenido críticas muy buenas. En cuanto a la reacción del público masivo, es difícil determinarla, ya que sólo se ha proyectado en la Cinemateca, que dispone de un público muy específico.

¿Por qué no se estrena en salas comerciales?
Es una cuestión de los distribuidores, ninguna de mis películas ha tenido una distribución comercial normal. No es el tipo de películas que a ellos les interesa estrenar.

¿Qué directores de cine le gustan?
Me gusta mucho Chantal Akerman, también el Coppola de La conversación, Los Padrinos y Apocalypse Now y Jacques Tati. De los más actuales, Apichatpong Weerasethakul, que es un gran disparador de ideas, y también Elia Suleiman, que es palestino.

¿Tiene algún proyecto mediato?
No por ahora. Yo necesito tiempo para desarrollar mis proyectos.



Entrevista publicada en http://www.elamante.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2030&Itemid=66. Y a continuación, un fragmento de Z32, recientemente estrenada en Buenos Aires.