3.7.09
Habla Arnaud Desplechin a propósito del estreno de "El primer día del resto de nuestras vidas"
"Mis personajes son crueles y sucios, y yo los amo por eso" -confiesa el director Arnaud Desplechin por teléfono desde París-. Me gusta que sean brutales en vez de quejarse del destino. Son audaces frente a la muerte, a la pobreza, al odio. Por eso uno los ama pese a que son insoportables."
Y aunque parezca extraño, eso es lo que pasa con los miembros de la disfuncional familia Vuillard en El primer día del resto de nuestras vidas, la pelicula de Desplechin, que se estrenó ayer. Sus protagonistas son tan desagradables como queribles.
Joseph, el primogénito, se enferma de leucemia a los cuatro años y necesita un transplante de médula ósea. Abel y Junon, sus padres, conciben otro hijo para salvar a Joseph, pero los estudios demuestran que no es compatible. Así Henri nace, inservible, como señala con cinismo la voz en off que cuenta la historia. Un año y medio después Joseph muere y Abel dice, en el entierro: "Mi hijo está muerto. Miro dentro mío y me doy cuenta de que no siento pena. El sufrimiento es cartón pintado."
Así empieza El primer día..., que para Desplechin es una "comedia aterradora" y que nació de una mezcla muy diversa: "Leí un ensayo de Emerson sobre la muerte de su hijo y me pareció un buen material para una película. Después descubrí la existencia de los transplantes de médula ósea, y me sonó a (David) Cronenberg."
¿Y qué películas sobre familias tuvo en mente?
Hay tantas que sería imposible nombrarlas a todas. Te voy a mencionar dos contemporáneas, que ví ese mismo año. Una es Sarabande, de Ingmar Bergman. La ví como doce veces. La otra es Los excéntricos Tenenbaum, de Wes Anderson.
Esa mezcla inusual dio como resultado un filme con un humor negrísimo y filoso. Ejemplo: Junon, la madre, interpretada por la gélida y genial Catherine Deneuve, está enferma. Llega Henri de visita con su nueva novia, y Junon se presenta: "Soy la que tiene cáncer."
"La idea era empezar siempre la conversación con el texto prohibido, con lo que la gente común en general oculta -revela-. Con las cosas que se dicen después de mucho llanto y al final de la escena. Estos personajes son tan brutales que las dicen al comienzo."
Con la mayoría de los actores ya trabajó en varias oportunidades. ¿Son como una troupe?
Siento que no terminé mi trabajo con ellos, sigo aprendiendo de cada uno. Pero también es cierto que no hay tantos actores en Francia. Supongo que si estuviera en los Estados Unidos, mi respuesta sería distinta. Pero sí, en definitiva está empezando a ser una troupe.
Todas sus películas duran más de dos horas. ¿Alguna vez se preguntó por qué?
Me hago esa pregunta todas las noches, mirando el techo (ríe). Creo que es porque todavía soy joven y torpe y sigo siendo incapaz de hacer todo en una hora y diez minutos como Woody Allen. Pero todas las películas ahora son más largas que en los '50. La última de Batman dura tres horas. El cine tiene que competir con la televisión, y ahora hay tantas películas de una hora maravillosas por TV. La serie The Wire, por ejemplo. Es perfecta, no se puede competir con ella. El cine tiene que ser algo diferente, tiene que dar objetos más extraños.
¿Qué directores franceses le interesan de ahora?
Resnais. Sí, tiene ochenta años, pero sin ninguna duda es el director francés más inventivo. En eso soy de la vieja escuela, pese a conocer y ser amigo de varios, como Olivier Assayas, por ejemplo.
¿Está trabajando actualmente en un nuevo proyecto?
Estoy tratando de escribir una película de espionaje. Una especie de thriller erótico muy francés, con un poco de acción. Me gustaría describir mi país de origen dentro de ese género. Y también estoy escribiendo otro guión, que creo es el que haré primero, sobre un hombre que sueña. Es un hombre que sueña, que puede ver sus sueños y así recuerda historias de amor en el futuro.
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