James Benning (Milwaukee, Wisconsin, 1942), tiene dos pasiones: captar, a través del cine, el paso del tiempo y la transformación de la naturaleza y la sociedad y construir cabañas de madera. En realidad, seguro que tiene muchas más, pero estas dos cobraron especial protagonismo durante el paso fugaz del cineasta norteamericano por la Universidad de Navarra en el marco del Festival Punto de Vista, que le dedica una retrospectiva de ocho películas en las que se perciben los elementos básicos de su creación: el plano, el sonido y la luz. Tres componentes que, aunque nunca se ordenan en forma de diario íntimo, sí construyen una narrativa "completamente personal", la de un hombre fascinado por los héroes y los antihéroes, por la influencia de la política en la configuración de la sociedad americana y, sobre todo, por el paisaje como contenedor esencial del espacio y el tiempo.
Iba para matemático, pero pronto comenzó a trastear con cámaras, que se convertirían en sus compañeras de viaje tras ver Meshes of the Afernoon , de Maya Deren. Hoy en día, James Benning es uno de los más destacados exponentes del cine estructuralista y paisajista. Refiriéndose a sus últimas películas, Santos Zunzunegi, escritor y profesor de la Universidad del País Vasco, comenta que los trabajos de Benning "funcionan como un colirio visual que busca restaurar la mirada del espectador de nuestros días; mirada cegada por la cancerígena proliferación de imágenes indiferentes". En este sentido, continúa Zunzunegi, si algo distingue a Benning es que, a través de su vinculación con el Land Art, ha sabido arrojar "una nueva luz" sobre la importancia del paisaje en todo el cine americano, empleándolo, además, para plasmar su interés por las relaciones espacio-temporales y por cómo el tiempo afecta al modo en que percibimos un lugar.
Pero su filmografía combina elementos mucho más íntimos. No en vano, mientras en sus primeras películas se centró más en la forma y en la narrativa (One Way Boogie Woogie, 11x14 ), en los 80 comenzó a introducir elementos personales, preocupándose más por temas como la historia, la memoria y la muerte (American Dreams, Landscape Suicide ). Por eso afirma que sus películas no dejan de ser personales, aunque no opte por filmarse a sí mismo. "En el fondo, todos mis trabajos son diarios personales porque hablan de lo que me interesa y de lo que siento en el momento de hacerlos". En esta concepción narrativa tiene mucho que ver la duración de los planos, algunos de diez minutos como en Ten Skies , y otros más breves. "Depende de las películas, algunas tiene planos muy determinados por la duración de los rollos", y lo mismo sucede con los encuadres, añade Benning, que muchas veces enfoca en función del tipo de lente; aunque otras, la mayoría, compone de un modo certero . "Miro por el visor y cuando llego al encuadre que quiero, lo sé. Mis ojos y mis manos se comunican sin necesidad de discursos intermedios", dice. Como un artista que va dando pinceladas con la cámara.
Pero no toda la intervención de Benning en la UN fue así de descriptiva. De hecho, fue bastante críptica. En lugar de establecer las premisas de su quehacer, el realizador prefirió improvisar y echó mano de Internet, concretamente del Google Earth, para acercar al auditorio a su persona a través de aspectos muy íntimos, como las calles y la casa en la que creció en Milwaukee. En este caso, al igual que hace en sus filmes, apuntó cómo ha cambiado la zona desde su infancia, "en la que el béisbol era muy importante", de ahí su presencia en American Dreams (1984), "mi película favorita". Un documental de culto en el que ensalza la figura de Henry Aaron (Alabama, 1954), jugador afroamericano que fue capaz de batir a Babe Ruth. Benning creó una serie de cromos de béisbol animados, de manera que mientras filmaba la parte delantera, iban sonando discursos políticos de la época de los 50, plagados de racismo, y, en la parte de atrás, se mostraban las estadísticas de los jugadores. Sin embargo, "pensé que me faltaba algo" y, así, en 1984 anadió subtítulos con fragmentos del diario de Arthur Bremer, un tipo de Wisconsin que persiguió durante un año a Nixon para matarle y, como no pudo hacerlo, disparó al gobernador de Alabama por su discurso segregacionista.
Esta película es un "reflejo de 25 años de política norteamericana", dice el director, que también mostró a los asistentes el lugar donde vive ahora, en plena naturaleza californiana, en una casa junto a la que ha construido dos cabañas, una al estilo de la que Henry David Thoreau erigió en Massachusets y otra, copia de la que Ted Kaczinsky, el conocido terrorista Unabomber , creó en Montana. Al margen de la actividad violenta del segundo, ambos personajes son conocidos anarquistas, practicaron la desobediencia civil y quisieron vivir al margen de la sociedad, criticando el efecto de sus estructuras duramente. James Benning no quiso aclarar en qué medida ambas figuras han influido en su vida y, por tanto, en su cine; lo mismo que otros artistas anónimos, muchas veces totalmente desconocidos, con cuyas obras ha decorado estas dos casas. Prefirió llevarse el secreto con él.
Extraido de http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/2009/02/17/mirarte/cultura/d17cul64.1512347.php
En el programa 105 de Rastros de Carmín hablamos de RR (2007), el último film de James Benning hasta la fecha. Para escucharlo hacer click acá.
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