9.3.10
Kathryn Bigelow, la gran ganadora de los Oscar
Kathryn Bigelow hizo historia. Más allá de la promocionada rivalidad entre ella y su ex marido, James Cameron (estuvieron casados entre 1989 y 1991), de las diferencias de estilo y de dimensión entre su modesta producción independiente Vivir al límite , que costó apenas 11 millones de dólares, y las cifras astronómicas de la todopoderosa Avatar, esta talentosa y bellísima realizadora de 1,82 de altura e insospechables 58 años de edad se convirtió anteayer en la primera mujer en ganar el Oscar a la mejor dirección y a la mejor película.
A pesar del indudable, decisivo aporte de tantas mujeres a la evolución artística del cine, apenas tres de ellas (Lina Wertmüller Jane Campion y Sofia Coppola) habían sido nominadas en el rubro de dirección en los 82 años de historia de los premios de la Academia. Este despropósito dentro de una industria muchas veces tildada, con razón, de machista terminó ahora con el arrasador triunfo de Vivir al límite y sus seis estatuillas.
No sin cierta sorna, muchos analistas y periodistas de Hollywood se preguntaban en diversas columnas si Bigelow es en verdad "una directora mujer". Es que esta también reconocida pintora ha dedicado casi toda su filmografía a incursionar en los géneros considerados -de manera absurda -como "masculinos": hizo un film de terror (la historia de vampiros Cuando cae la oscuridad), un policial (Testigo fatal), un notable thriller sobre ladrones surfistas (Punto límite), una película futurista de ciencia ficción (Días extraños) y una sobre las vivencias en un submarino (K-19) antes de retratar en Vivir al límite a pura tensión y sin caer en obvios y tranquilizadores discursos políticos la adicción a la guerra expertos a partir de las experiencias cotidianas de expertos en desactivar bombas apostadas en Irak.
Cameron -que produjo a Bigelow en Punto límite y Días extraños, y siempre mantuvo con ella una relación de mutua cordialidad y admiración profesional- no pudo repetir el doble éxito (comercial y en los Oscar) de Titanic. Esta vez, el otrora "rey del mundo" se quedará sólo con los billetes, ya que su más reciente film -el más caro y taquillero de la historia- sólo obtuvo tres estatuillas en rubros técnicos menores.
Muchas veces considerados "conservadores" o dóciles ante los dictados de la gran industria, los 6000 votantes de la Academia se inclinaron este año por un pequeño film que ni siquiera fue un gran éxito de público (apenas recaudó 15 millones de dólares en los cines de los Estados Unidos y en la Argentina fue retirado de las salas locales, aunque ya se anunció su regreso para pasado mañana), mientras que también reconocieron otras austeras producciones -para los cánones norteamericanos actuales- como Preciosa y Loco corazón.
Por todos estos condimentos, y más allá del efecto que en el terreno local genera la victoria de El secreto de sus ojos, la 82ª edición de los Oscar no quedará como una más. En especial, gracias a la categoría y a la audacia de una mujer sin miedos ni límites llamada Kathryn Bigelow.
(Esta nota fue publicada en el diario La Nación del 9/3/2010)
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