En el programa 110 de Rastros de Carmín presentamos al realizador israelí Avi Mograbi, y comentamos su último film a la fecha, Z 32. Para escucharlo, hacer click acá. A continuación, una entrevista realizada por Jorge García a propósito de la visita de Mograbi a la Argentina en 2008 para el DocBsAs.
¿Cómo se produjo su llegada al cine?
Si bien estudié filosofía y artes plásticas, puede decirse que yo nací con el cine, ya que mi padre dirigía una sala en Tel Aviv que se llamaba cine Mograbi, que fue la primera en pasar películas sonoras. Allí vi cientos de films de mierda, pero también pasaba mucho tiempo con él en una sala de proyección privada donde veía cinco o seis títulos por día, ya que no había videos ni DVD y no se podía utilizar el fast forward. Fue allí donde incorporé el virus del cine y la necesidad de hacer películas.
¿Hay algún realizador dentro del cine israelí que haya influenciado su obra?
Sí, hay dos importantes cineastas cuya obra vi mucho y que ejercieron un gran impacto sobre mí. Uno es Uri Zohar, que hizo, sobre todo, largometrajes de ficción en los que retrató muy bien a la generación a la que pertenezco, y que luego se convirtió en un rabino ortodoxo. El otro es David Perlov, quien, a través de sus Diarios, fue muy importante en mi formación como documentalista.
Sus películas tienen la particularidad de incorporar elementos del cine documental, ficcional y hasta del falso documental. ¿Usted cómo las caracterizaría?
Si pudiera caracterizar mi cine lo haría sin hablar de géneros, sólo diría que son películas. Es cierto que hay elementos de la realidad en mis films, pero es mi punto de vista el que en el proceso de montaje la reconstruye. Cuando hay una escena ficcional, eso tiene que ver con mi punto de vista sobre esa realidad.
En sus películas aparece constantemente la contradicción que se produce entre el material que está rodando y la forma en que tiene que hacerlo. Eso para mí se ve muy claro en Z32.
Sí, a través de las canciones incorporadas en el film de algún modo rebato los testimonios del soldado. Esas canciones nos permiten reflexionar sobre las causas que provocaron que ese soldado actúe de ese modo. Las canciones intentan provocar un efecto de distanciamiento para reflexionar sobre lo que se está mostrando.
Creo que en la película hay tres niveles de representación. El primero es el testimonio del soldado frente a su novia; el segundo, el de la reconstrucción de los hechos, de la que usted participa junto al soldado; y el tercero, el de las canciones de las que hablábamos.
Sí, sin duda. Es interesante comentar cómo se desarrolló la idea de esta película, ya que en principio iba a ser el simple testimonio del soldado contando su historia, pero nunca pude concretar cómo trabajar con esa idea y entonces me planteé hacer una suerte de ópera muy grandiosa, pero tampoco resultaba un proyecto claro. Por suerte apareció la novia del protagonista, y eso me hizo cambiar la idea general de la película, que se convirtió en una obra mucho más humilde y modesta.
Yo tengo la sensación de que su cine, tras una estructura aparentemente simple y ligera, expone una serie de situaciones –tanto políticas como personales– muy complejas.
Me agrada que lo diga porque estoy de acuerdo. Cada tema requiere su tratamiento, y en el caso de Z32 el hecho que el protagonista insistiera en que no quería ser identificado se convirtió, finalmente, en un elemento creativo interesante para contestar con las canciones. Buscar esos tratamientos adecuados se convierte para mí en algo fascinante.
Usted se pone siempre en escena en sus películas e incorpora elementos de su vida personal como, por ejemplo, la separación de su mujer. ¿Por qué?
Cuando uno hace una película tiene sus propios pensamientos, sus dilemas, y yo trato de reflejarlos allí. Por suerte, parece que en mi cine esa presencia se ha convertido en un elemento que me distingue de otros cineastas.
Otro tema que surge en sus películas es el de la identidad, ya que usted ha representado en ellas a diversos personajes, inclusive a su esposa.
Todas las identidades que asumo en mis películas presentan una suerte de dualidad, ya que soy yo pero, al mismo tiempo, no lo soy. Z32 es la única película en la que no manipulo mi identidad, aunque yo creo que esa manipulación que hago de los personajes que represento es, en última instancia, un medio efectivo para comunicarme con los espectadores.
Otro elemento importante en sus películas es el uso del humor, aun en las situaciones más dramáticas.
Creo que en mis dos últimas películas el humor ha disminuido bastante, aunque es cierto que las canciones en Z32 proponen una cierta dosis de humor. Creo que esto es algo que tiene que ver con mi propia naturaleza, ya que disfruto entreteniendo a la gente que tengo a mi alrededor. Es también una manera de mantener divertidos a los espectadores mientras trato temas muy serios. También puede ser que el humor sea un destilado de lo amargo de muchas situaciones y del hecho de que soy una persona sarcástica.
Otro elemento que me llama la atención en su cine –y que se nota muy claramente en Z32– es el rol de su esposa, que aparece como una suerte de “conciencia moral” suya, al cuestionarle que lleve un criminal a su casa.
Ella es el respaldo de la familia; lo que se ve en las películas no son las representaciones reales de nuestra relación, pero yo discuto mucho con ella sobre elementos artísticos, éticos y políticos. De allí que sea natural para mí que ella aparezca para explicar mis dilemas.
¿Por qué en casi todas sus películas, en lugar de trabajar en equipo, se ocupa personalmente de todos los elementos del film?
Eso tiene que ver con mi necesidad de controlar al detalle todos los aspectos de las películas, y está relacionado también con la forma en que trabajan los artistas plásticos, que borran todo aquello que no les gusta. Esto es algo muy difícil de hacer con un equipo grande. Sin embargo, en esta última película necesité trabajar con otra gente; por ejemplo, para manejarme con los efectos digitales y con los arreglos musicales.
¿La utilización de máscaras para ocultar su identidad fue una exigencia innegociable del protagonista?
Sí, me permitió filmarlo pero por contrato no podía mostrar su identidad.
¿La posición del soldado representa la de la mayoría de la sociedad israelí?
La verdad es que no estoy seguro. No se si la mayoría de los israelíes piensan eso. Si este fuera el caso, el contexto político sería mucho peor.
En su película anterior (Venganza por uno de mis dos ojos) hay una larga conversación telefónica con un palestino en la que se tocan diversos temas políticos. ¿Cree en la posibilidad de llevar adelante ese diálogo a nivel de estados?
Sí, pero depende de ambos estados, si realmente desean un diálogo. Yo tengo amigos palestinos y dialogo sin problemas con ellos.
¿Ve alguna afinidad de su cine con el de algún otro realizador israelí con una mirada crítica como Eyal Sivan?
La verdad es que no nos vemos muy a menudo, ya que el vive en Londres y yo en Tel Aviv, pero creo que existen afinidades.
¿Cómo son recibidas sus películas en Israel? ¿Ha tenido problemas de censura?
La verdad que no demasiados. A Z32, por ejemplo la limitaron a mayores de 16 años, pero luego la bajaron a 14. Ésta fue la única limitación. La película, por otra parte, ha tenido críticas muy buenas. En cuanto a la reacción del público masivo, es difícil determinarla, ya que sólo se ha proyectado en
¿Por qué no se estrena en salas comerciales?
Es una cuestión de los distribuidores, ninguna de mis películas ha tenido una distribución comercial normal. No es el tipo de películas que a ellos les interesa estrenar.
¿Qué directores de cine le gustan?
Me gusta mucho Chantal Akerman, también el Coppola de La conversación, Los Padrinos y Apocalypse Now y Jacques Tati. De los más actuales, Apichatpong Weerasethakul, que es un gran disparador de ideas, y también Elia Suleiman, que es palestino.
¿Tiene algún proyecto mediato?
No por ahora. Yo necesito tiempo para desarrollar mis proyectos.
Entrevista publicada en http://www.elamante.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2030&Itemid=66. Y a continuación, un fragmento de Z32, recientemente estrenada en Buenos Aires.
1 comentario:
Les paso la explicación de la técnica de animación de la peli "Z 32", según nuestro experto Hernán Cabrera:
"Con respecto a esa 'máscara digital' que tiene el personaje... creo que la idea es algo así: deben utilizar un programa de reconocimiento de rostros (un programa que identifica donde están los ojos, la nariz y la boca) o al que le asignan unos puntos de la cara (en un avance me pareció ver que le están pintando unos puntitos en la frente con marcador) y que usa esos puntos de referencia para aplicarle encima a la imagen, otra imagen asignada (en este caso la máscara) que puede ser cualquier dibujo hecho en 3D (para que siga los giros y movimientos de la cara). Por lo que veo, en este caso, esa máscara tiene 'calado' la parte de la boca y de los ojos y eso nos permite ver esas partes verdaderas del personaje. La verdad muy bueno, queda re bien!"
Los halagos al programa me los guardo porque, como diría emanuel ortega, me mata la timidez
saludos, y gracias hernán !
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