En el programa 86º hablamos de la ópera prima de Esteban Menis (podés escucharlo haciendo click acá). A continuación trascribimos una entrevista que no es brillante, pero alcanza para conocer la visión del realizador de Incómodos (2008), la nueva película generacional argentina que llegó a la cartelera comercial.
-----------------------------------------¿A qué alude el título?
Incómodos es un estado de ánimo; es tener mentalidad infantil en envase adulto, es no hallar lo que supone “ser grande” y lidiar con eso.
El tema de las etapas de la vida en tu cinematografía es recurrente, ¿sabés -querés contarnos- por qué?
Si, es verdad, de alguna manera siempre está, aunque en los últimos trabajos directamente es el tema central. Básicamente es por lo que contaba antes, se supone que vamos creciendo y eso nos ubica en distintos lugares; pero lo cierto es que siempre cargamos con nuestra cabeza y sigo siendo el mismo nene de cinco años que iba al Jardín. De repente soy adulto para negociar el precio de un pancho y adolescente para hablarle a una mujer. Somos todo a la vez y vamos girando en esas facetas de acuerdo a las circunstancias, pero nunca dejamos de ser nada. La inmadurez tiene un costado tragicómico que, al menos a mí, me sirve para lidiar con el universo.
¿Qué elementos encontraste en común entre la realización de un corto y de un largo?
Mira, cine son las dos cosas, pero una es laburar con cinco personas y otra con 50. La disciplina es la misma, al menos en mi caso. Pero las presiones son totalmente distintas. En un corto me extiendo una hora en la jornada, filmo un par de planos de más y no es grave. En la película le tengo que pagar horas extras a mucha gente, gasto película 35mm que cuesta 100 veces más que un tape. En mis cortos no trabajo con asistente de dirección, en el largo sin Natalia Hernández (mi asistente) básicamente estaría muerto. (Me acabo de dar cuenta que marque diferencias y no similitudes). Con respecto a lo común, para mí es exactamente lo mismo en cuanto al encare, al deseo de hacerlo y ser disciplinado al extremo.
Entonces… ¿En qué se diferencian ambas experiencias? Cómo es la llegada al público de un corto y de un largo?
Bueno, acá sí, al menos en el caso de Incómodos, la llegada, en una primera etapa, va a ser distinta. Los cortos que hice los copié en DVD (400 copias de cada uno aprox.) y los repartí entre amigos, conocidos y gente que me interesaba que vea mi laburo. Así llegaron a festivales, los pasaron por la tv y demás. Ahora de hecho van a dar “Infancia” en el Malba, junto con “Incómodos”, en un ciclo del PCI. En el caso de la película, la lanzamos en cinco salas de capital, al cine comercial, durante por lo menos dos semanas (el mercado está súper complicado y entendemos que esa cantidad de copias está bien). Por lo que sentimos, ya hay un lindo boca a boca apoyado en los cortos anteriores, comentarios de gente que vio la película y una excelente campaña de comunicación, basada en el estilo de la película. De ahí a qué pase con el público, no lo sé exactamente, pero estamos felices con lo que estamos haciendo.
¿Considerás un elemento positivo o negativo el ser hijo de una realizadora?
Positivo a full. No hay duda de que parte de lo que soy lo heredé de alguien. Mi madre (María Victoria Menis, que recientemente estreno “La cámara oscura”) me enseñó el día a día, el generarse una disciplina diaria de laburo. Uno está mucho tiempo solo, craneando el proyecto, y si la colgás vas para atrás. Vi mucho cine, visité sets de filmación a temprana edad y eso en algún lado está. El aspecto negativo, que claro existe, es el rollo de la competencia, de la comparación, de maneras distintas de entender algunos aspectos. Pero con una admiración súper consciente de mi parte. Ella tiene un nivel intelectual que dudo alcance en mis próximos cincuenta años.
¿Cómo formaste el equipo técnico?
De a poco, vinculándome emocionalmente con la gente, entendiendo quiénes eran y cuánto de sus cabezas podían poner a disposición del proyecto. Hoy, todos los cabezas de equipo son amigos de puta madre, a los que no recurro sólo por laburo, sino por las cosas más mundanas y pseudos existenciales que se te ocurran. Debo decir que para algunos puestos claves me junté con más de cuatro posibilidades, en una especie de casteo técnico, que no tiene nada de malo. ¿Por qué si a un actor lo pienso y observo tanto no voy a hacer lo mismo con alguien tan importante como un DF o director de Arte?
¿Cómo fue el proceso de selección de los actores?
Largo, angustiante, divertido. De todo un poco. Estudié varios años actuación y trabajé mucho en productoras de publicidad buscando actores del teatro off. La actuación es un universo muy particular y hay que saber llevarlo. Pero es la clave de todo, porque yo no puedo estar en un Picture in Picture durante la película explicando qué quise decir. Me encanta encontrarme con actores nuevos, gente que se rompe el alma laburando y busca cosas nuevas. Hay gente súper talentosa. Tuve suerte de dar con tres actores increíbles, de muchísima humildad y que le pusieron el cuerpo entero a la película. Por la historia pasan treinta personajes y no hay uno que no me guste.
¿Qué expectativas tenés con respecto al estreno y a lo que pase con el público? ¿Cómo pensás que se inserta tu film en el mercado cinematográfico actual?
Como dije antes, no tengo certeza sobre lo que pasará exactamente. Por un lado las condiciones del mercado son horrendas y un producto como el nuestro, con una pequeña inversión de promoción, la tiene jodida. Pero por otro lado creemos mucho en la película, sabemos que es algo renovador, un género poco transitado por el cine argentino, una propuesta sólida, honesta. Y a la gente le encanta, tanto la película como la manera de comunicarla. Es por eso que salimos con pocas copias pero con una fe absoluta en cada paso que damos. Uno tiene que saber sus limitaciones y a partir de eso, sin achicarse, buscar todo lo demás, que es mucho.
¿Por qué hay que ir al cine a ver "Incómodos"?
Porque es una película de puta madre, con una historia demencial que al principio pinta extraña y a medida que avanza se te va pegando al cuerpo. Lo que primero parece un personaje freak termina siendo uno de nosotros. Hay una estética alucinante, hay problemas oscuros contados en colores vivos. Hay una banda sonora muy rica, buena música. Porque esta Capussotto, porque hay un homenaje a “Volver al Futuro” y porque en el cine dura dos semanas, no mucho más, y creeme, la diferencia con un DVD es ENORME.
¿Cómo concebís la idea de Cine Independiente?
Mmm ni idea, es una pregunta que ya se retorció demasiado y aburre. Estoy a favor de que las cosas se vean, sea de la manera que sea. Que podamos compartir nuestras obras con más gente, que entre tanta información y locura conectemos con lo que nos de placer, nos proponga una pausa. No me considero cine independiente. ¿Independiente de quién? ¿Del Incaa? No, les agradezco, me dieron un subsidio y pude filmar mi película y encima la pasan en los cines. ¿Independiente de la Fuc? No, gracias, me prestaron equipos. Hacer la película fue un esfuerzo gigante y de miles de voluntades, independiente de pocas cosas.
Incómodos es un estado de ánimo; es tener mentalidad infantil en envase adulto, es no hallar lo que supone “ser grande” y lidiar con eso.
El tema de las etapas de la vida en tu cinematografía es recurrente, ¿sabés -querés contarnos- por qué?
Si, es verdad, de alguna manera siempre está, aunque en los últimos trabajos directamente es el tema central. Básicamente es por lo que contaba antes, se supone que vamos creciendo y eso nos ubica en distintos lugares; pero lo cierto es que siempre cargamos con nuestra cabeza y sigo siendo el mismo nene de cinco años que iba al Jardín. De repente soy adulto para negociar el precio de un pancho y adolescente para hablarle a una mujer. Somos todo a la vez y vamos girando en esas facetas de acuerdo a las circunstancias, pero nunca dejamos de ser nada. La inmadurez tiene un costado tragicómico que, al menos a mí, me sirve para lidiar con el universo.
¿Qué elementos encontraste en común entre la realización de un corto y de un largo?
Mira, cine son las dos cosas, pero una es laburar con cinco personas y otra con 50. La disciplina es la misma, al menos en mi caso. Pero las presiones son totalmente distintas. En un corto me extiendo una hora en la jornada, filmo un par de planos de más y no es grave. En la película le tengo que pagar horas extras a mucha gente, gasto película 35mm que cuesta 100 veces más que un tape. En mis cortos no trabajo con asistente de dirección, en el largo sin Natalia Hernández (mi asistente) básicamente estaría muerto. (Me acabo de dar cuenta que marque diferencias y no similitudes). Con respecto a lo común, para mí es exactamente lo mismo en cuanto al encare, al deseo de hacerlo y ser disciplinado al extremo.
Entonces… ¿En qué se diferencian ambas experiencias? Cómo es la llegada al público de un corto y de un largo?
Bueno, acá sí, al menos en el caso de Incómodos, la llegada, en una primera etapa, va a ser distinta. Los cortos que hice los copié en DVD (400 copias de cada uno aprox.) y los repartí entre amigos, conocidos y gente que me interesaba que vea mi laburo. Así llegaron a festivales, los pasaron por la tv y demás. Ahora de hecho van a dar “Infancia” en el Malba, junto con “Incómodos”, en un ciclo del PCI. En el caso de la película, la lanzamos en cinco salas de capital, al cine comercial, durante por lo menos dos semanas (el mercado está súper complicado y entendemos que esa cantidad de copias está bien). Por lo que sentimos, ya hay un lindo boca a boca apoyado en los cortos anteriores, comentarios de gente que vio la película y una excelente campaña de comunicación, basada en el estilo de la película. De ahí a qué pase con el público, no lo sé exactamente, pero estamos felices con lo que estamos haciendo.
¿Considerás un elemento positivo o negativo el ser hijo de una realizadora?
Positivo a full. No hay duda de que parte de lo que soy lo heredé de alguien. Mi madre (María Victoria Menis, que recientemente estreno “La cámara oscura”) me enseñó el día a día, el generarse una disciplina diaria de laburo. Uno está mucho tiempo solo, craneando el proyecto, y si la colgás vas para atrás. Vi mucho cine, visité sets de filmación a temprana edad y eso en algún lado está. El aspecto negativo, que claro existe, es el rollo de la competencia, de la comparación, de maneras distintas de entender algunos aspectos. Pero con una admiración súper consciente de mi parte. Ella tiene un nivel intelectual que dudo alcance en mis próximos cincuenta años.
¿Cómo formaste el equipo técnico?
De a poco, vinculándome emocionalmente con la gente, entendiendo quiénes eran y cuánto de sus cabezas podían poner a disposición del proyecto. Hoy, todos los cabezas de equipo son amigos de puta madre, a los que no recurro sólo por laburo, sino por las cosas más mundanas y pseudos existenciales que se te ocurran. Debo decir que para algunos puestos claves me junté con más de cuatro posibilidades, en una especie de casteo técnico, que no tiene nada de malo. ¿Por qué si a un actor lo pienso y observo tanto no voy a hacer lo mismo con alguien tan importante como un DF o director de Arte?
¿Cómo fue el proceso de selección de los actores?
Largo, angustiante, divertido. De todo un poco. Estudié varios años actuación y trabajé mucho en productoras de publicidad buscando actores del teatro off. La actuación es un universo muy particular y hay que saber llevarlo. Pero es la clave de todo, porque yo no puedo estar en un Picture in Picture durante la película explicando qué quise decir. Me encanta encontrarme con actores nuevos, gente que se rompe el alma laburando y busca cosas nuevas. Hay gente súper talentosa. Tuve suerte de dar con tres actores increíbles, de muchísima humildad y que le pusieron el cuerpo entero a la película. Por la historia pasan treinta personajes y no hay uno que no me guste.
¿Qué expectativas tenés con respecto al estreno y a lo que pase con el público? ¿Cómo pensás que se inserta tu film en el mercado cinematográfico actual?
Como dije antes, no tengo certeza sobre lo que pasará exactamente. Por un lado las condiciones del mercado son horrendas y un producto como el nuestro, con una pequeña inversión de promoción, la tiene jodida. Pero por otro lado creemos mucho en la película, sabemos que es algo renovador, un género poco transitado por el cine argentino, una propuesta sólida, honesta. Y a la gente le encanta, tanto la película como la manera de comunicarla. Es por eso que salimos con pocas copias pero con una fe absoluta en cada paso que damos. Uno tiene que saber sus limitaciones y a partir de eso, sin achicarse, buscar todo lo demás, que es mucho.
¿Por qué hay que ir al cine a ver "Incómodos"?
Porque es una película de puta madre, con una historia demencial que al principio pinta extraña y a medida que avanza se te va pegando al cuerpo. Lo que primero parece un personaje freak termina siendo uno de nosotros. Hay una estética alucinante, hay problemas oscuros contados en colores vivos. Hay una banda sonora muy rica, buena música. Porque esta Capussotto, porque hay un homenaje a “Volver al Futuro” y porque en el cine dura dos semanas, no mucho más, y creeme, la diferencia con un DVD es ENORME.
¿Cómo concebís la idea de Cine Independiente?
Mmm ni idea, es una pregunta que ya se retorció demasiado y aburre. Estoy a favor de que las cosas se vean, sea de la manera que sea. Que podamos compartir nuestras obras con más gente, que entre tanta información y locura conectemos con lo que nos de placer, nos proponga una pausa. No me considero cine independiente. ¿Independiente de quién? ¿Del Incaa? No, les agradezco, me dieron un subsidio y pude filmar mi película y encima la pasan en los cines. ¿Independiente de la Fuc? No, gracias, me prestaron equipos. Hacer la película fue un esfuerzo gigante y de miles de voluntades, independiente de pocas cosas.
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