En una semana turbulenta me pasó algo increíble que necesito compartir con la mayor cantidad de gente posible.
Yo no soy periodista ni estudié nada de eso, pero escribo regularmente sobre cine y música en un periódico; ayer me tocó entrevistar -para el número de agosto que sale en unos días- a Lucrecia Martel.
No la conocía personalmente (al no estar en "el medio" no conozco a las personas sino a sus obras), pero había quedado deslumbrado con sus películas, especialmente con La ciénaga (2000), peli que vi a los 20 y que volvi a ver siete u ocho años después; lo mismo me pasó con La niña santa (2004), y con las entrevistas que iba leyendo sobre ella.
El reportaje fue en su casa, y cuando llegamos (en malón: entre fotógrafo y "periodistas" éramos 4) escuchamos un chistido que venía de la terraza: era la propia Lucrecia que nos alcanzaba la llave con una soga; ahí empecé a sentirme relajado.
Y mucho más todavía cuando nos recibió con una botella de Stregga (un licor muy dulce y muy rico conocido como el "licor de las brujas") fumando un habano con total naturalidad; cero pose, súper sencilla, y súper dispuesta a hablar de todo lo que se le preguntaba.
La entrevista fue, en realidad, una charla amena; había tres sillones: dos de un cuerpo y uno de dos cuerpos; a mí "me tocó" sentarme en el de dos cuerpos... ¡con Lucrecia!; me sentí como el protagonista de Casi famosos (2000) cuando se va de gira con la banda... por momentos tenía ganas de tocarla para ver si todo lo que estaba pasando era real o un gran sueño
Fueron dos horas en la casa, entre la nota y las fotos; salir después a la calle fue un shock tremendo; como el de la protagonista de La mujer sin cabeza (2008) cuando tiene ese accidente en el que cree haber atropellado a una persona; la visión de la realidad a partir de ese encuentro fue otra.
Ahora viene la parte más "profesional" y menos "cholula": desgrabar, pensar los ejes de la nota, etc etc; y encima contra reloj; pero las sensaciones de ese encuentro no me las saca nadie, ni ahora -con la emoción a flor de piel-, ni nunca.
Saludos, ¡y todos al cine a ver lo nuevo de Martel!
LA MUJER SIN CABEZA (tercer largometraje de Lucrecia Martel después de La ciénaga y La niña santa) tiene estreno previsto para el 21 de agosto en las salas de Buenos Aires y el resto del país.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario